Introducir la perspectiva de género en el desarrollo emocional es imprescindible para poder sentar las bases del bienestar personal y el proceso de superación. Entender cuál es el lugar que ocupamos, cuáles son nuestras realidades para, a partir de ahí, plantearnos nuestro crecimiento emocional. 

Quiero daros la bienvenida a la página de Carminar, un proyecto que nace con la vocación de ayudar al crecimiento emocional de las personas desde una perspectiva global donde no puede faltar la visión de género. 

Desde la psicología y el coaching nos planteamos ayudar a las personas en la superación de aquellas dificultades que impiden que tengan una vida plena y feliz. Sin embargo, no es lo mismo para unas personas y otras, entender quién soy y por qué existen determinadas dificultades es esencial para poder avanzar en ese camino de superación. Y es aquí donde entra la perspectiva de género, porque si enfocamos con la lente violeta nos damos cuenta de que nos hemos "formateado" para comportarnos de determinada manera. Nos damos cuenta de que esa manera, en ocasiones, no es ni siquiera consciente ni razonada si no, principalmente, automática, emocional e inconsciente. 

La psicología ayuda a desentrañar los factores que impiden que una persona pueda adaptarse a su entorno con felicidad y éxito. En los tiempos que habitamos, donde las frases motivadoras (a lo Mr. Wonderful) lo invaden todo, podemos sentir fracaso si no alcanzamos la felicidad soñada. Pero, ¿cómo puedo alcanzar dicha felicidad si no soy consciente de cuál es el lugar que ocupo en el mundo? El feminismo nos ha mostrado sin piedad cómo, hombres y mujeres, tenemos diferentes oportunidades y lugares. La discriminación de género existe, pero no es responsabilidad de unos u otras, si no de un sistema que perpetúa, por la falta de reflexión, los roles y estereotipos adquiridos que derivan en diferentes experiencias en todas las personas. 


Pero Carminar no está dirigido exclusivamente a mujeres, que suele ser la interpretación que hacemos cada vez que hablamos de género. Está dirigido a todas las personas puesto que la perspectiva de género nos afecta en lo emocional a unos y a otras por la forma en que hemos socializado. Es bastante popular decir que los hombres no tienen la misma emocionalidad que las mujeres, y esto se debe a la configuración biológica. También es bastante popular hacer referencia a la mayor capacidad de las mujeres para cuidar, a los atributos que por sexo les corresponden como ser madre. Estas características que, de manera general se nos atribuyen, son solo dos ejemplos de las consecuencias que pueden tener después en el desarrollo de ambos. Las mujeres creceremos teniendo que disculparnos si no somos así, pero los hombres también. 

Además de las atribuciones que la sociedad hace en términos de género, debemos mencionar también las repercusiones que esto tiene pues es la raíz de la discriminación. El problema no es la diferencia estructural, biológica y psicológica, si no el valor que se otorga a las diferentes características en una sociedad jerárquica. Es ese valor el que ha invisibilizado sistemáticamente la huella de las mujeres en los diferentes ámbitos culturales y sociales. Es esa categorización la que perpetúa las dificultades para acceder a determinados puestos de trabajo. Y es esa categorización la que genera multitud de problemas psicológicos y emocionales y, por tanto, de salud. 

"Entender cuál es la influencia del contexto y de la socialización de género en la creación de nuestro universo de posibilidades: Quién eres y aún más importante, quién puedes llegar a ser."

María Fornet

Es por eso que para trabajar en nuestro desarrollo emocional y personal se hace imprescindible introducir la perspectiva de género. como dice María Fornet en esa cita, entender cómo hemos socializado nos da la clave para poder programar, avanzar y llegar a ser, siendo consciente de ti misma. 

Sé consciente de ti misma

En todo proceso emocional el primer paso es identificar y tomar consciencia de nuestros estados, nuestras emociones. Desde una perspectiva de género, ser consciente de ti misma representa además ser consciente de la realidad que te rodea y te sitúa. No con la intención de quedarnos ahí revolviéndonos contra las injusticias de una socialización desigual, si no con la intención de identificar y entender por qué estamos donde estamos. Solo así seremos capaces de tomar las riendas de nuestras vidas con el objetivo realizar un crecimiento personal completo. Avanzar para saber quién soy y dónde quiero estar y llegar.